Darren Aronofsky, el mismo director de Requiem for a Dream, comenzó su periplo cinematográfico con su joyita debut, Pi. Una cinta en formato blanco y negro sobre la obsesión de un matemático y su teoría de que el universo está regido por una secuencia lógica, que todo lo deriva a 3.14, es decir, Pi.
De su 'compadre' encargado de dar vida a los soundtracks de su filmografía, Clint Mansell, es este disco que dejo en esta oportunidad, donde las máquinas se encargan de dar vida a atmósferas a veces algo oscuras y otras más armoniosas.
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